
Las mujeres ricas, por lo común, se quedaban en casa dirigiendo las labores domésticas y cuidando a los niños. Las mujeres pobres, por su parte, trabajaban tanto en casa como en el campo. Los ricos daban grandes banquetes.
Los esclavos servían a los comensales carne, pescado y fruta. La gente pobre comía sopa de habas y pan.
A los estudiantes romanos se les enseñaba a ser buenos oradores. Las clases empezaban antes del amanecer. Las niñas, en casa, aprendían a hilar, tejer y coser.
Autora: María
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