Visitamos nuestro barrio: hola, tengo 8 años y quiero cambiar el mundo. Segunda parte

Después de salir de la Zona 3 nos encontramos con un bonito muro blanco y coloreado, el muro de la escuela infantil pública de la barriada, decorado y pintado gracias a la colaboración de las madres de la escuela. En su esquina nos encontramos una amplia explanada totalmente desaprovechada. Seguimos viendo parques y zonas de juegos para los niños y niñas por todas partes. En la acera de enfrente aún encontrábamos grandes zonas ajardinadas sin ajardinar, bombos de basura en muy malas condiciones y alcorques sin árboles que también echábamos mucho de menos.




Seguimos caminando por la zona de los comerciales camino a la Parroquía del Sagrado Corazón. Nos encontramos una de las maravillas del recorrido y nos hace pensar y soñar en un barrio verde y agradable:


En la acera de enfrente la cosa cambia bastante, los comerciales siguen teniendo el mismo aspecto que tenían cuando nosotros eramos pequeños, la pista de fútbol sala que tenemos justo al lado de la iglesia se encuentra en unas condiciones lamentables (podemos encontrar gran cantidad de pistas deportivas en esta barriada que se encuentran en las mismas condiciones de dejadez; una visita área por google nos las muestra todas). Allí volvimos a entrevistar a algún vecino y las ideas son siempre las mismas: más limpieza, jardines, cuidado de los espacios públicos...





También nos encontramos con grandes zonas para coches o que han quedado como grandes placas de hormigón desoladas (antes zonas pensadas como zonas verdes, aunque casi siempre fueron albero, hasta que fueron hormigonadas todas ellas). En estas zonas nosotros seguimos viendo verde y espacios de juego y disfrute para los vecinos.





Y ya llegamos a las Palomeras. Aquí nos encontramos con alguna sorpresa al preguntar a algún vecino. Cuando los niños y niñas, con nosotros presentes, preguntaban qué aspectos de la barriada mejorarían (todos teníamos en mente aspectos físicos: bancos, árboles, jardines...) la respuesta solía ser: MÁS SEGURIDAD. Uno de los abuelos nos contaba que el día de reyes bajó con su nieta a jugar, se bajó a las nueve y media y a menos cuarto se tuvo que subir porque era imposible jugar con seguridad en la zona. Nos hablaba del acceso indiscriminado de coches a la zona que entran sin ningún remilgo a hacer trompos y quemar rueda.

Nosotros seguíamos viendo espacios desolados: más hormigón, basura en uno de los laterales que da a la carretera, alcorques vacios y faltas de zonas de juegos para los niños y niñas.







Aquí ya los niños empezaban a reclamar su desayuno, nos pusimos a pensar en algún sitio agradable donde podríamos realizar una parada. Pero finalmente decidimos tomar el desayuno aquí. El camino que nos quedaba por delante no nos dejaba muchas alternativas mejores.

Tomamos el desayuno teniendo sumo cuidado en no tirar ningún papel y envase al suelo. Lamentablemente no teníamos ninguna papelera cerca y nos la tuvimos que llevar hasta el contenedor más cercano.

Cruzando la calle empezamos a pensar en una vida nueva, la pintada siguiente nos la hizo imaginar, que comience por una mejor educación que nos evite cometer faltas de ortografía y que nos enseñe a leer el mundo; y que nos lleve a una mejor ciudad, a una ciudad educadora y amiga de los niñ@s.


Seguimos paseando por las cuatro plantas, entre losas de hormigón y echando de menos el verde y los árboles.




Cruzamos por la Zona 1, aquí nos encontramos algunos de los peores escenarios de nuestra visita. Las imágenes hablan por sí solas:







 Ya acercándonos a nuestro cole se comienza a recuperar una cierta normalidad, algunas zonas ajardinadas mejor cuidadas.



Y ya, por fin, llegamos al colegio, charlamos un poco sobre nuestra visita al barrio y nos pusimos a recoger por escrito muchas de las situaciones que habíamos visto durante la mañana. La próxima semana le volveremos a dar otra vuelta a toda esta documentación y comenzaremos a realizar nuestras propuestas para nuestro ayuntamiento.

Además de éstas, les regalaremos también unas gafas de ver como niñ@s a nuestro alcalde y a todos los concejales y concejalas. Esperamos que con ellas sean capaces de ver lo que nosotros vemos todos los días camino al colegio y comiencen a remediar muchas de las situaciones con las que nos hemos encontrado hoy y con las que nos encontramos día a día.

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